El ›Abrigo de las cinco albarcas‹ (Ligros, Albarracín, Teruel)

Un ritual celtibérico de paso de la infancia a la adolescencia

Résumé

El ›Abrigo de las cinco albarcas‹ está situado en la Masada de Ligros, en la sierra de Albarracín, Teruel, en el agreste territorio de los antiguos lobetanos. Es un pequeño abrigo en cuyo suelo se han grabado cinco podomorfos de 16 por 8 cm y dos largos canalillos que finalizan en sendos hoyos excavados en la roca. Los paralelos de estos hoyos con canalillos, interpretados funcionalmente como los laciculi de Panoias, los bothroi del culto ctónico griego o las deyves bálticas, se extiende desde las áreas circumalpinas hasta Hispania, probablemente asociados a influjos rituales de inicios del Bronce Final. La asociación de podomorfos con canalillos y hoyos permite identificar un ritual realizado en un abrigo casi oculto bajo una peña sacra situada en un lugar dominante. Los canalillos y hoyos servirían para ritos sacrificiales de libación que seguían un ritual preestablecido, a juzgar por los paralelos documentados. Los podomorfos, por su pequeño tamaño, corresponden a pies humanos de unos seis años de edad, lo que parece documentar ritos de paso del ámbito materno propio de la infancia a la etapa de zagal pre-adolescente, que duraba hasta los quince años. Esta clase de edad, hasta ahora apenas documentada en la Celtiberia, sería semejante a la de otros pueblos indoeuropeos, y en ella los iniciados formarían pequeñas bandas bajo la dirección de un tutor, con una vida montaraz de endurecimiento, en la que aprendían a usar la honda, el arco y la jabalina y a sobrevivir de la caza y de pequeños latrocinios, antes de pasar a formar parte de la iuventus, fase en la que se practicaba una vida guerrera y de razias característica de los antiguos pueblos indoeuropeos, en concreto, en este caso, de la tribu celtibérica de los lobetanos, que habitaban los agrestes territorios de las serranías de Albarracín y de Cuenca.