El reino vándalo-africano y la persistencia mercantil del estrecho septegaditano (mitad s. V – primer tercio s. VI)

Abstract

La instalación del pueblo vándalo en el interior de las fronteras del Imperio Romano, que supuso la devastación de parte de las provincias occidenta les, cambió de sesgo tras la creación del reino asdingo en Túnez, cuya producción agraria había sostenido la annona romana. Un aspecto poco valorado de la estabilidad política adquirida por el reino germánico- africano, es su aprovechamiento de la inercia comercial del Mediterráneo, que sería incluso potenciada por la corona asdinga, necesitada de ingentes recursos para procurar la hegemonía y seguridad del reino en diversos frentes. Un caso emblemático, en dicho sentido, lo constituye el Estrecho de Gibraltar, denominado freto Septegaditano. El espacio marítimo entre Septem (Ceuta) y las Islas Baleares, entre 455 y 534, se mantenía bajo dominio vándalo. Los restos arqueológicos, evidenciados en ambas orillas del Estrecho, permiten confirmar la reactivación comercial de la zona, inserta en un gran eje comercial que implicaba al África vándala y a los mercados orientales. La zona del Estrecho contribuía, entre otros recursos, con la producción regional de salazones, envasada en variantes hispanas de las ánforas spatheia (Keay XXV y XXVI), contenedor africano cuya forma, de inspiración oriental, parece sugerir un destino preferente a mercados del Levante mediterráneo.