14-C -Datierungen von Materialien aus dem Grabhügel ‘La Peña de la Abuela’ (Ambrona, Soria)
https://doi.org/10.34780/3f0b-b7bf
Resumen
Desde que en el año 1966 H. Schubart publicó las primeras fechas radiocarbónicas (l4C) del
neolítico español ya han pasado 33 años, en los que el conocimiento de esta época en la Península
Ibérica y de su esquema cronológico ha avanzado considerablemente. Hasta hace 10 años, el Neolítico
Interior era casi desconocido. Ahora contamos, especialmente en la Meseta Norte, con numerosos
hallazgos neolíticos. A las intensas prospecciones en el valle de Ambrona dentro del proyecto
de investigación hispano-alemán llevado a cabo por M. Ncgredo (ARATIKOS) debemos 33 hallazgos
neolíticos y 37 hallazgos de la Edad de Cobre en un área de tan sólo 42 km2.
Segün nuestros conocimientos actuales, se introdujeron agricultura y ganadería en la Península
Ibérica hacía principios o mediados del 6o milenio a. C. Nuevos resultados obtenidos en la datación
de las excavaciones de Ambrona (Soria) indican la existencia del neolítico en el interior de la Península
ya hacía la segunda mitad del 6o milenio a. C. manifestándose en una cultura perteneciente al
ámbito del ‘EpicardiaP - según muestra la decoración cerámica. Debido a la carencia de indicios
AMBRONA 1998 31
para una población epipaleolítica en la región de Ambrona - a pesar de intensas prospecciones - se
supone que se trata de una colonización de neolíticos procedentes del valle del Ebro, habiéndose
acercado a la meseta a través del río Jalón. Un ancho valle cerca de Ambrona con sus suaves colinas
y varios lagos ofreció unas condiciones ideales para la sedentarización de estos agricultores y pastores.
La presunta relación entre el valle del Ebro y el mencionado valle se basa en la similitud tanto
de las piezas halladas, especialmente la cerámica, como en la estructura de los poblados hasta ahora
excavados. Se aprecian similitudes que siguen de manifiesto hasta el 4o milenio a. C. Al principio
del 4o milenio se observa en Ambrona un cambio en el rito sepulcral. El enterramiento en fosa
oculto se convierte en enterramiento colectivo en túmulo, claramente apreciable desde lejos.
Ambos tipos de enterramiento son fechados fiablemente gracias a los análisis radiocarbónicos.