Bericht über die Kampagnen der Jahre 2004/05 im Heiligtum des Vaelicus in Postoloboso (Candeleda, Prov. Ávila)

Resumen

La utilización del lugar a lo largo de dos milenios parece evidente. Está documentada de forma continua, con la excepción del período islámico, entre la época visigoda y la medieval, en la que la pequeña iglesia quedó abandonada y en ruinas. Es notable, sin embargo, que en la Edad Media, esto es, después de un hiato de seis siglos, haya sido restaurada su antigua utilización como capilla. Con excepción de este intervalo, el carácter sagrado del lugar queda demostrado al menos desde tiempos romanos (siglo II) hasta el siglo XIX.
Con base en los conocimientos actuales, sólo cabe esperar un progreso en la exploración del lugar a partir de excavaciones. Éstas deberían iniciarse en las estructuras/muros observados mediante estudios geofísicos, teniendo en cuenta que parece evidente que debe descartarse una utilización precedente del espacio inmediato de la capilla para el santuario precristiano, según los sondeos de F. Fernández. Si bien las estructuras y muros se sitúan (aprox. 50 – 60 m) al sur de la capilla, continúan estando sobre la leve elevación del terreno, en la que también se encuentra la capilla. Debido a que hace décadas se ha labrado y arado el terreno, con el correr del tiempo en este ámbito se ha nivelado la elevación. La observación es importante si se tiene en cuenta el derretimiento de la nieve en primavera, cuyas aguas regularmente provocan que el Alardos rebase
sus márgenes, de modo que la parte más baja de los campos, situada más al sur, queda parcialmente inundada, mientras que la parte norte de la elevación permanece seca. El problema también debió ser relevante en la Antigüedad para la erección de edificios de envergadura. Pero esto no significa que necesariamente deba contarse con un edificio cultual/templo en el santuario de Vaelicus. Un edificio de este tipo sólo es plausible a partir de los tiempos romanos. Quizá un indicio pequeño pero claro de la utilización prerromana es la cerámica manufacturada, que lamentablemente no permite una datación precisa. La introducción del torno de alfarero en el territorio de
El Raso hacia mediados del siglo IV a.C.24 no proporciona más que un punto de referencia aproximado, ya que obviamente también después se continuó fabricando cerámica por procedimiento manual. Por ahora no es posible definir acaso las esculturas de animales (lo llamados verracos), que en este caso representan toros25, encontrados en el entorno inmediato de Postoloboso, están relacionadas con el santuario.